Esta toxina es producida por una bacteria que causa una forma de parálisis muscular conocida como botulismo. En muy pequeñas cantidades puede ser inyectada directamente en un músculo específico para producir debilidad muscular controlada.
La toxina botulínica bloquea la señal del nervio que estimula al músculo a contraerse, por lo tanto al no contraerse el músculo no se forman las arrugas de movimiento y estas desaparecen.